Si calculamos el importe económico que supone preparar a un estudiante en el dominio de un idioma en España, nos percatamos de que la rentabilidad que ofrece estar media juventud yendo a clases particulares sin salir de las fronteras de tu propio país es muy inferior.

Por otra parte, en un año escolar en el extranjero se consigue el objetivo deseado: hablar bien esa lengua, además de todas las ventajas relacionadas con el desarrollo educativo y personal. El precio de este programa está al alcance de cualquier familia de clase media.

El curso escolar en el extranjero puede realizarse en régimen de internado o en convivencia con una familia. Las organizaciones que forman parte de AECAE, la Agrupación Educativa de Cursos Académicos en el Extranjero, asesoran al respecto a estudiantes y padres sobre ambas opciones para que puedan hacer su elección convenientemente informados.

En el caso de convivencia en hogares, las familias son seleccionadas por las organizaciones tras mantener un encuentro personal. Se busca que sean abiertas y acogedoras, que tengan viviendas adecuadas y que residan en áreas tranquilas y seguras.

La convalidación de los estudios en el extranjero equivalentes a ESO y Bachillerato no plantea en principio problemas siempre y cuando el estudiante apruebe el curso en destino. De esta manera, cuando el joven regresa a España se incorpora al siguiente curso en el nivel académico que le corresponde.

Irlanda es un destino ideal para hacer inmersión en un instituto o un colegio. Con un sistema educativo de los mejores de Europa, su sistema educativo es reconocido por el MEC por lo que la convalidación de los estudios está asegurada. Las buenas lenguas dicen que el carácter irlandés muy similar al nuestro y que posibilita una integración rápida del estudiante.

Una de las principales características del sistema educativo irlandés suele ser más pragmático y menos teórico. La motivación y el desarrollo de responsabilidad y autonomía personal que surge al dejar el entorno habitual, contribuyen considerablemente a la madurez del joven, con el valor añadido de traspasar ese miedo innato por salir fuera de las fronteras de su país cuando nunca lo hicieron anteriormente. La experiencia en el extranjero puede cambiar sus perspectivas y su trayectoria al compararse en otros contextos y tener que superarlos.

Un futuro profesional prometedor

La inmersión en otras culturas contribuye a formar personas más preparadas, flexibles y abiertas, y con mayor éxito en el terreno laboral. No hay que olvidar que en el contexto socioeconómico actual, las empresas están promoviendo la movilidad y muchas de ellas son multinacionales, por eso valoran tanto estas cualidades.

Por otra parte la gran mayoría de las ofertas de trabajo y de promoción en el empleo, exigen como requisito mínimo el dominio absoluto del inglés, y los profesionales que hablan varios idiomas son más valorados laboral y económicamente.

Cursar un año escolar fuera de España ayuda al joven a adquirir unas capacidades que facilitarán su acceso a estudios superiores y especializados así como a su posterior incorporación en el mundo del trabajo, y le aportarán una clara ventaja competitiva en el transcurso de su carrera profesional.


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